Autor: NILTON ROGER MAS ROJAS
Hablando de lunas y superlunas, hoy me he puesto a revisar bibliografía y encontré dos cosas interesantes:
Primero: La luna no posee luz propia, es sólo el reflejo de la luz del sol. Mientras más cercana esté al sol, más resplandecerá.
Segundo: Las olas del mar ocurren, mayormente, en luna llena. Es decir, hay influencia directa de la luna con los movimientos de las olas del mar.
Supongo que estas dos cosas no son novedad para usted.
Pero por mi parte, también quiero recordarle dos cosas:
Primero: Las olas marinas son necesarias porque eso genera vida en el mar, pues las aguas estancadas ya están muertas.
Segundo: Jesús, es el nombre de un joven nazareno que allá por el año 33, aseguró ser La Luz del mundo.
Supongo que ahora ya sabe qué es lo que quiero decirle, ¿verdad?
Es simple mi hermano: Ni usted ni yo poseemos luz propia. Simplemente somos, como la luna, el reflejo de una luz mayor: JESÚS.
Mientras más cerca e íntimamente ligado esté usted de Él, mayor será su resplandor. Y si usted brilla más, entonces será capaz de generar "olas de vida" a quienes le rodean, no porque usted sea el Creador, sino porque a través de usted otros podrán alumbrarse y sentir en su vida el fuego de la Luz de Cristo.
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