Adaptación: NILTON ROGER MAS ROJAS
Colaboración: MARLY JHOVANA SANCHEZ DELGADO (PERÚ, Lima)
Una mujer embarazada estaba bajo la sombra de un árbol. Tenía mucha sed, buscaba agua, pero no había. De repente vio caer del árbol unas gotas de agua. Cogió una taza y empezó a recolectar las gotas. Cuando el agua llegó a la mitad de la taza, y ella estaba lista para beber, un pájaro vino y tiró la taza hacia abajo para que el agua se derramara.
Sucedió tres veces y la mujer entró en cólera. Tomó una piedra y mató al pájaro.
Después de que el pájaro había muerto, la mujer vio una gran serpiente bajando del árbol. Sólo en ese momento, cayó en la cuenta que lo que ella estuvo a punto de beber no era realmente agua, sino veneno. Se sintió tan culpable y miserable por haber matado al pájaro que le salvó la vida.
Hermanos(as):
A veces, Dios actúa como aquel pájaro para nosotros. Él sabe cuando estamos a punto de tomar veneno, pensando que es agua. La Biblia dice que tanto amó Dios al mundo que envió a su único hijo para redimirnos, liberarnos, salvarnos, prevenirnos y ayudarnos. Pero, ¿cómo pagamos nosotros tanto amor?
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