Autor: NILTON ROGER MAS ROJAS
Imagínese un día espléndido con sol radiante y lleno de vitalidad, mientras tanto usted está encerrado en su cuarto con las puertas, ventanas y cortinas cerradas.
¿De quién es la culpa que no entre la luz en su cuarto?
Pues, indudablemente de usted, no del sol.
Jesús es la luz del mundo, pero si usted no abre su corazón a su amor vivirá en tinieblas y se perderá de una vida espléndida y llena de vitalidad.
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