miércoles, 13 de septiembre de 2017

CONSEJOS DE UN PADRE PARA SU HIJO

Autor: DESCONOCIDO
Colaboración: ROSARIO AMPUERO (PERÚ, Chachapoyas)

Resultado de imagen para padre e hijoCásate con la persona correcta. De esta decisión dependerá el 90% de tu felicidad o tu desgracia. 

Observa el amanecer por lo menos una vez al año. 

Cuando saludes a alguien, estrecha la mano con firmeza, y mira a la gente de frente a los ojos. 

Elige a un socio de la misma manera que elegirías a un compañero de tenis: busca que sea fuerte donde tú eres débil y viceversa. 

Desconfía de los fanfarrones: nadie alardea de lo que le sobra. 

Recuerda los cumpleaños de la gente que te importa. 

Evita a las personas negativas; siempre tienen un problema para cada solución. 

Maneja carros que no sean muy caros, pero date el gusto de tener una buena casa. 

Nunca existe una segunda oportunidad para causar una buena primera impresión. 

No hagas comentarios sobre el peso de una persona, ni le digas a alguien que está perdiendo el pelo. Ya lo sabe. 

Recuerda que se logra más de las personas por medio del estímulo que del reproche. Dile al débil que es fuerte y lo verás hacer fuerza. 

Nunca amenaces si no estás dispuesto a cumplir. 

Muestra respeto extra por las personas que hacen el trabajo más pesado. 

Haz lo que creas que sea correcto, sin importar lo que otros piensen. 

Dale una mano a tu hijo cada vez que tengas la oportunidad. Llegará el momento en que ya no te dejará hacerlo. 

Aprende a mirar a la gente desde sus sandalias y no desde las tuyas. 

Ubica tus pretensiones en el marco de tus posibilidades. 

Recuerda el viejo proverbio: sin deudas, no hay peligros ni problemas.

Aprende a compartir con los demás y descubre la alegría de ser útil a tu prójimo. El que no vive para servir, no sirve para vivir. 

Acude a tiempo a tus compromisos. La puntualidad es el respeto por el tiempo ajeno. 

Confía en la gente, pero cierra tu coche con llave. 

Recuerda que el gran amor y el gran desafío incluyen también 'el gran riesgo'.

No confundas confort con felicidad, ni riqueza con éxito.

No pierdas el sentido del humor y aprende a reírte de tus propios defectos. 

No esperes que otro sepa lo que quieres si no lo dices. 

Aunque tengas una posición holgada, haz que tus hijos paguen parte de sus estudios. 

Haz dos copias de las fotos que saques y envíalas a las personas que aparezcan en las fotos. 

Trata a tus empleados con el mismo respeto con que tratas a tus clientes.

No olvides que el silencio es a veces la mejor respuesta. 

No deseches una buena idea porque no te gusta de quien viene. 

Nunca compres un colchón barato: nos pasamos la tercera parte de nuestra vida encima de él.

Escucha el doble de lo que hablas (por eso tenemos dos oídos y una sola boca). 

Cuando necesites un consejo profesional, pídelo a profesionales y no a amigos. 

Aprende a distinguir quiénes son tus amigos y quiénes son tus enemigos. 

Nunca envidies: la envidia es el homenaje que la mediocridad le rinde al talento. 

Recuerda que la felicidad no es una meta sino un camino: disfruta mientras lo recorres. 

Si no quieres sentirte frustrado, no te pongas metas imposibles. 

La gente más feliz no es la que necesariamente tiene lo mejor de todo, sino la que disfruta de cada instante de su vida.

Pero ante todo pon a Dios delante de todo lo que hagas.

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