Autor: NILTON ROGER MAS ROJAS
(Basado en la historia de Jhon Stephen Akhwari)
En las olimpiadas de México 68 habían ya transcurrido más de una hora desde que el etíope Mamo Wolde había ganado la maratón de 42km. De repente las sirenas de los carros policiales empezaron a sonar y numerosas motocicletas, con los faros encendidos, alumbraron el discurrir de un atleta que se dirigía al estadio olímpico.
¡La maratón todavía no había llegado a su fin!
La gente cercana al túnel de entrada al estadio empezó a aplaudir y, en pocos segundos, el estadio entero se puso de pie y empezó a ovacionar, como pocas veces, al último atleta que entraba al estadio. Llevaba el número 36 en la camiseta. Su nombre: Jhon Stephen Akhwari.
Akhwari, era el representante de Tanzania, y entró al estadio olímpico con claras muestras de dolor en cada uno de sus pasos, su pierna mal vendada con unos pañuelos, sangraba. Cruzó el túnel andando. No podía más. Le quedaban 400 metros.
La respuesta del público que seguía en el estadio fue sobrecogedora. Estaban presenciando uno de los mayores ejemplos de valor y superación.
Para sorpresa de todos, Akhwari, en cuanto pisó el tartán de la pista, se puso a correr. Lento, arrastrando su pierna derecha, con claros síntomas de dolor, agotamiento y sufrimiento, cruzó la línea de meta, completó los 42 km. y cumplió su sueño. En cuanto cruzó la línea, cayó en brazos del personal médico que inmediatamente lo trasladó al hospital.
Al día siguiente, Akhwari explicó que se había caído más o menos en el Km. 19, golpeándose la rodilla y, como se pudo comprobar en la revisión médica posterior, se había dislocado un hombro.
Uno de los periodistas le preguntó:
- ¿Por qué, después de la caída, con el dolor que sentía, y sabiendo que no tenía opciones de alcanzar una posición destacada, decidió seguir y acabar con la carrera?
Akhwari le contestó, con una frase que ha quedado para la historia:
- Vine enviado por mi país, recorriendo 5 mil millas, no sólo para empezar una carrera, sino para terminarla.
Tres años después, recibió la medalla de honor al héroe nacional de su país.
Hermano(a):
Cuando tienes bien fijada tu meta no hay razón para no seguir luchando hasta conseguirla. Todo proyecto que se emprende no es solo para comenzarlo sino para terminarlo. No te rindas aún.
EXTRAORDINARIO EJEMPLO DE VALOR, ENTREGA Y SACRIFICIO. SOLO CUANDO SE AMA LO QUE SE HACE, SE ES CAPAZ DE ATRAVESAR LAS DURAS SENDAS DEL SACRIFICIO Y EL DOLOR SE VUELVE MÁS LIVIANO, PORQUE NO PONE LA MIRA EN EL SUFRIMIENTO SINO EN EL PROPÓSITO SUPERIOR. GRACIAS POR COMPARTIR ESTA VALIOSA HISTORIA, EJEMPLO DE VIDA... PASTENES.
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