Autor: DESCONOCIDO
Adaptación: NILTON ROGER MAS ROJAS
Un empresario, queriendo que su hijo aprendiera lo que significa "ser pobre", lo llevó, por un par de días, de visita a una familia campesina. Pasaron tres días y dos noches en esa modesta vivienda.
A su retorno, el padre preguntó a su hijo:
- ¿Qué te pareció la experiencia?
- Buena, papá - contestó el hijo con la mirada puesta a la distancia.
- Y... ¿qué aprendiste? - insistió el padre.
El hijo contestó:
- Aprendí que, nosotros tenemos un perro y ellos tienen cuatro. Nosotros tenemos una piscina.. y ellos tienen un río sin fin, de agua cristalina, donde hay pececitos.
Aprendí que nosotros tenemos reflectores para alumbrar nuestro jardín, pero ellos se alumbran con las estrellas y la luna. Nuestro patio llega hasta la cerca, y el de ellos, hasta el horizonte...
Aprendí que nosotros compramos nuestra comida; en cambio, ellos siembran y cosechan la de ellos... Nosotros oímos música en USB y CD's. Ellos, en cambio, escuchan una perpetua sinfonía de golondrinas, ranas, ovejas, cuyes y otros animalitos.
Aprendí que nosotros cocinamos en hornos microondas, mientras que ellos, todo lo que comen tiene ese sabor del fogón de leña. Para protegernos nosotros vivimos con las puertas cerradas, rodeados por un muro lleno de alarmas, pero ellos viven con sus puertas abiertas, protegidos por la amistad de sus vecinos...
Aprendí que nosotros vivimos conectados al smartphone, al facebook, twitter, al whatsApp y al televisor... Ellos, en cambio, están "conectados" a la vida, al cielo, al sol, al agua, al verde del monte, a los animales, a sus siembras, a su familia y sobre todo, están conectados con Dios.
El padre quedó impactado por la profundidad de las respuestas de su hijo. Y no sabiendo qué responderle, prefirió quedarse callado.
Pero el hijo, abrazó a su padre, le dio un besito en la mejilla y terminó diciendo:
- Gracias papá, por haberme enseñado lo pobres que nosotros somos.
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