Autor: NILTON ROGER MAS ROJAS
22 aviones despegaron al anochecer para realizar maniobras. De pronto, en tierra, se formó una espesa niebla. Ocho aviones lograron aterrizar, pero otros se estrellaron. Dos horas después, solo dos quedaban en el aire. Las emisoras de radio locales transmitieron este mensaje: “Todos los que tengan automóvil, por favor acudan de inmediato al aeropuerto. Hay dos aviones sobrevolando la zona pero no pueden aterrizar, porque no logran ver la pista. Les necesitamos para poder ayudarlos”
Casi de inmediato las carreteras se llenaron. A medida que los autos iban llegando al aeropuerto, el director de la operación les iba indicando dónde colocarse, a ambos lados de la pista de aterrizaje. Más de dos mil quinientos vehículos rodearon la pista por completo. Sus luces la iluminaron de tal manera que los dos aviones lograron aterrizar con toda la tripulación, sanos y salvos.
Hermanos(as):
Cristo es el director de la operación en la humanidad. Nosotros representamos a cada uno de los choferes que acudieron prestos al llamado del director. Cristo tiene su plan de salvación para todos, pero necesita de usted y de mí. Cada uno de nosotros posee luz propia que, solitarios, alcanza sólo para iluminar nuestro propio camino. Cristo necesita nuestras manos, nuestra voz, nuestros pies y nuestro ser. Dejémonos guiar por el director de la operación, seamos solidarios y ubiquémonos estratégicamente para alumbrar con la luz de Cristo a toda la humanidad.
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