Autor: NILTON ROGER MAS ROJAS
Fuente: Gén 1, 27
Soñé que llegaba el fin del mundo y que Dios eligió a tres parejas para salvar la humanidad. A una pareja de varones los envió a la primera isla, a una pareja de mujeres los envió a la segunda isla; y, a una pareja de varón y mujer, los envió a la tercera isla.
Cien años después, Dios regresó a ver en cuál de las islas se había perpetuado la especie. Y sucedió lo que tenía que suceder. En la primera y segunda isla, la vida se había extinguido, pues no quedaba rastro de humano alguno. Sólo en la tercera isla, allí donde envió a un varón y una mujer, Dios encontró, con mucho agrado, una sociedad de niños, jóvenes y adultos que formaban parte de una nueva humanidad.
Hermano(a):
Hoy que estamos viviendo esta coyuntura de la ideología de género, os invito a regresemos a los orígenes. Es decir al momento de la creación. Allí, no habrá confusiones: Dios creó al varón y a la mujer a imagen suya. A imagen de Dios los creó. Macho y hembra los creó. Y les bendijo diciendo: “sean fecundos y multiplicaos por todo el universo”.
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