Tomado de: Reflexiones para TI y para MI
Adaptación: NILTON ROGER MAS ROJAS
Cuentan de un campesino que le pidió a Dios que le permitiera mandar sobre la Naturaleza para que – según él– le rindieran mejor sus cosechas.
¡Y Dios se lo concedió!
Entonces cuando el campesino quería poca lluvia, así sucedía; cuando pedía sol, éste brillaba más y si necesitaba más agua, llovía más.
Pero cuando llegó el tiempo de la cosecha, su sorpresa y estupor fueron grandes porque resultó un total fracaso. Desconcertado y algo molesto le preguntó a Dios por qué salió así la cosecha, si él había puesto los climas que creyó convenientes.
Pero Dios le contestó:
– Tú pediste lo que quisiste, pero no supiste pedir lo que de verdad convenía. Nunca pediste tormentas, y éstas son muy necesarias para limpiar la siembra, ahuyentar aves y animales que la consuman, y purificarla de plagas que la destruyan…”
Así nos pasa hermanos: queremos que nuestra vida sea cero problemas, puro amor y pura dulzura.
El optimista no es aquel que no ve las dificultades, sino aquel que no se asusta ante ellas, El optimista sabe que las dificultades son ventajas y que maduran a las personas y las hacen crecer.
Lo importante no es huir de las tormentas, sino enfrentarlas con fe y confianza en que algo bueno nos dejará.
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