lunes, 10 de julio de 2017

EL MAESTRO QUE NUNCA DEJÓ DE SER ALUMNO

Autor: NILTON ROGER MAS ROJAS

Mahatma Gandhi, el más grande apóstol de la paz del siglo XX, nunca recibió el premio nobel; y, sin embargo, el mundo admiraba su gran capacidad, su carácter y su profundo gesto humano de resistencia pacífica. En 1930 fue declarado “La persona del año”.

Se cuenta que prestigiosas universidades del mundo invitaban al Mahatma a que dicte conferencias, e incluso, fue declarado “profesor visitante”. Los medios de comunicación hacían malabares para tratar de obtener alguna entrevista del líder mundial. Y justo en ese momento, cuando Gandhi parecía estar en la cúspide, dio un gran gesto de humildad: el Mahatma se matriculó en un curso para ser alumno de una materia que nunca dominó. El gran líder de la paz, el hombre del año, no era más que un estudiante y tenía que ir a clases.

Hermano(a):

¿Sabe qué es lo que más admiro de Mahatma Gandhi? ¡Su actitud! Gandhi nunca dijo: “ya lo sé todo” o “a mi edad ya eso no me sirve”. Ni la fama, ni el reconocimiento, nada le mareó, ni un ápice de soberbia en su persona. Ojalá que esa misma actitud la tengamos todos. Recuerde que un verdadero maestro nunca deja de ser un inquieto estudiante.

¡Ese es mi consejo!: “Aspire la sabiduría para ser un buen maestro, pero no olvide su papel de alumno de vez en cuando”.

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