domingo, 30 de julio de 2017

EL VIEJO ERMITAÑO

Autor: DESCONOCIDO

Un viejo ermitaño se refugiaba en la montaña para dedicarse a meditar y hacer penitencia. Un día una persona le preguntó:

- ¿Cómo puede tener tanto trabajo si vive en soledad?.

Él contestó:

- Tengo que entrenar a dos halcones y a dos águilas, tengo que tranquilizar a dos conejos y disciplinar una serpiente; tengo que motivar a un asno y domar un león.

- No veo ningún animal por aquí. ¿Dónde están?, -preguntó el visitante.

El ermitaño le dijo:

- Estos animales que he nombrado, los llevamos todos dentro de uno mismo:

Los dos halcones se lanzan sobre todo lo que se les presenta, bueno y malo; tengo que entrenarlos para que se lancen sobre cosas buenas. Esos dos halcones son mis ojos.
Las dos águilas, con sus garras, hieren y destrozan: tengo que entrenarlas para que se pongan al servicio y ayuden sin hacer daño. Esas dos águilas son mis manos.
Los conejos quieren ir donde ellos quieran; quieren esquivar las situaciones difíciles; tengo que enseñarles a estar tranquilos, aunque haya sufrimientos, problemas o cualquier cosa que no me guste. Esos conejos son mis pies.
Lo más difícil es vigilar a la serpiente; está encerrada en una fuerte jaula, pero ella está lista para morder y envenenar a cualquiera que esté cerca. Por ello, tengo que disciplinarla. Esa serpiente es mi lengua.
El burro es obstinado, no quiere cumplir son su deber; siempre está cansado y se niega a llevar su carga de cada día. Ese burro es mi cuerpo.
Por último, necesito domar al león: quiere ser el rey, el primero, el vanidoso, el orgulloso, se cree el mejor. Ese león es mi ego.
Como ves… tengo mucho trabajo por hacer. Supongo que usted también.

Hermanos(as):

Pidamos a Dios dominar todo lo que llevamos dentro, para que podamos ser el mejor testimonio, las mejores personas, los mejores esposos(as), mejores amigos y ante todo los mejores seguidores de Cristo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario