Adaptación: NILTON ROGER MAS ROJAS
Hoy desperté de un sueño en el que me invitaron a conocer a Dios. Yo les contesté que no tenía tiempo para eso.
- Tengo muchas cosas que hacer, les dije. En la casa, el trabajo, los estudios, los amigos. En fin, no tengo tiempo.
Y, justamente, en mis sueños, yo morí. Fui a presentarme ante Dios, y allí estaba Él, esperándome. Le ordenó a San Pedro que buscara mi nombre en un libro grande, muy grande. Y cuando lo encontró, leyó lo que allí estaba escrito:
- Hoy le invitaron a conocer a Dios pero no tuvo tiempo.
Y añadió:
- Lo siento, tú no puedes entrar aquí, me dijo.
Se dispuso a cerrar la puerta, mientras un pánico se apoderaba de mi ser. Estaba desesperado y abrumado por mi suerte.
Fue entonces, cuando Dios, me miró dulcemente, sin ningún rasgo de rencor ni resentimiento, sonrió para mis ojos y dijo:
- No está tu nombre, en el libro de la vida, hijo. Pero no te preocupes. Regresarás a la tierra y darás testimonio de lo que a aquí te pasó.
Sentí una paz inimaginable y, aunque no lo dije, me sentí feliz de tener otra oportunidad.
Fue entonces cuando desperté de mi sueño, y quedé algo apesadumbrado.
Y aquí me tienes sacando tiempo de todas mis actividades para dedicárselo un poco a mi Padre Dios.
Y usted hermano(a). ¿Tiene tiempo para Dios?
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