lunes, 15 de mayo de 2017

¿QUIÉN ERA ESE HOMBRE?

Autor: DESCONOCIDO
Enviado por DORIS QUIJANO (Colombia)

La enfermera acompañó a un joven cansado y ansioso hasta la cama de un hombre mayor.

- Su hijo está aquí, le susurró al paciente.

Tuvo que repetir esas palabras varias veces antes que los ojos del paciente se abrieran. Estaba bajo los efectos de un fuerte sedante debido al dolor por su ataque al corazón, y veía confusamente al joven parado en el exterior de su carpa de oxígeno.

Extendió su mano y el joven la tomó firmemente con las suyas, transmitiéndole un mensaje de aliento. La enfermera trajo una silla al lado de la cama. Toda la noche el joven estuvo sentado sosteniendo la mano del anciano y dándole suaves palabras de esperanza. El moribundo no decía nada pero se sostenía firmemente de las manos de su hijo.

Al acercarse la madrugada, el paciente murió. El joven puso sobre la cama la mano sin vida que había estado sosteniendo y fue a notificar a la enfermera. El joven esperó, mientras la enfermera hacía lo necesario. Cuando concluyó su tarea, la enfermera comenzó a prodigar palabras de consuelo al joven. Pero él la interrumpió.

- ¿Quién era ese hombre?, le preguntó.

- Yo creí que era su padre, le contestó la enfermera.

- No, no era mi padre, aclaró el joven, nunca antes lo había visto.

- ¿Por qué, entonces, no me dijo nada cuando lo llevé hasta él?, le preguntó la enfermera.

Y el joven explicó:

- Porque yo también sabía que él necesitaba a su hijo, y su hijo no estaba aquí. Cuando me di cuenta que estaba demasiado enfermo como para distinguir si yo era o no su hijo, comprendí cuánto me necesitaba.

Hermano(a): ¿Hasta qué punto está usted predispuesto para hacer el bien a los demás?

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