Autor: NILTON ROGER MAS ROJAS
Hoy he observado a unos obreros de construcción pasando ladrillos desde el primer piso hasta el quinto piso.
¡Esto es impresionante!
El que está en el primer piso, arroja los ladrillos hacia quien está en el 2do., y éste, a su vez, los arroja a quien está en el tercero. Y así, sucesivamente, hasta llegar al 5to. piso, quien los acomoda con ayuda de otros obreros.
¡Qué tal sincronización!
De pronto se me ocurre ¿Y qué pasaría si uno de los obreros del 2do, 3er. o 4to. piso no arrojaría los ladrillos que recibe hacia el piso superior? Es más, ¿qué pasaría si el que está en el 5to piso no recibiera ningún ladrillo? Con solo imaginarme puedo ver al hombre del primer piso aplastado por una sobrecarga de ladrillos.
Finalmente, saco mi conclusión: "Ya sé por qué la gente queda aplastado por una sobrecarga de problemas" Porque en cuanto lo recibe no es capaz de pasarlo "hacia el piso superior".
¿En qué piso estás? Si eres hijo, en el segundo estarán tus padres. Si eres padre o madre, ¿quién estaría en el 3er. piso? Talvés tus abuelitos, quién sabe algún maestro, quizá algún psicólogo, un médico o algún otro profesional, puede que sea algún Sacerdote. En fin, lo que debes recordar es que, más arriba, en el piso superior siempre está Dios.
Por lo tanto, si usted no quiere pasar el resto de su vida abrumado con sus problemas, ¿qué espera para lanzarlos "hacia arriba"?
No olvide que, dependiendo del piso en el que se encuentre, siempre habrá alguien un piso más arriba del suyo. En todo caso, más arriba de todos, siempre está Dios dispuesto a recibirle y ayudarle en todos sus problemas.
Así que ya lo sabe, tan pronto como una ansiedad le amenace, recuerde pasarlo, inmediatamente, "hacia arriba".
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