martes, 25 de abril de 2017

YO NO SÉ MANEJAR, MI CAPITÁN

Adaptación: NILTON ROGER MAS ROJAS

Un soldado del ejército, constantemente era el blanco de burlas y humillaciones de sus compañeros a causa de su creencia en Dios.

Un día, uno de sus superiores decidió humillarlo enfrente de toda la tropa. Llamó al joven soldado y le dijo:

- ¡Soldado! Tome la llave y vaya a estacionar ese jeep allá al frente.

El joven soldado explicó:

- No sé manejar, mi Capitán. 

Entonces, -dijo el Capitán-, pida ayuda a su "Dios" ¡Demuéstrenos que Él existe!

Luego de un largo silencio, y temiendo el riguroso castigo que le esperaba si desobedecía a su superior, al joven soldado no le quedó otra alternativa que coger las llaves y obedecer la orden. Pero mientras caminaba hacia el vehículo imploró a Dios, lo hizo con tanto fervor que olvidó el contexto en que se encontraba. Subió al vehículo, y sin haber hecho esto nunca antes, introdujo la llave en el contacto, prendió el vehículo y con inimaginable precisión logró estacionarlo, tal como le había pedido el Capitán.

Cuando se disponía a salir del jeep, grande fue su sorpresa, al ver de rodillas, a toda la tropa encabezados por el Capitán. ¡Estaban orando y llorando como niños! Le dijeron:

- ¡Háblanos de ese Dios que tu tienes! Pues, también queremos servirle.

El soldado, asombrado, preguntó qué estaba sucediendo. Y con lágrimas en los ojos, el Capitán se puso de pie, se dirigió al auto, abrió la capota y le mostró al joven soldado que el carro no tenía motor, y eso lo sabía toda la tropa.

Hermano(a):

¿Cómo pudo ser posible encender un vehículo que no tenía motor? ¿Cómo entender que dicho vehículo fuera tan bien estacionado por un inexperto soldado al volante? 
Sin duda, allí estuvo presente la mano de Dios. Y es que, lo que imposible para los hombres, es posible para Dios.

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