sábado, 17 de junio de 2017

EL CRUCERO QUE NAUFRAGÓ

Autor: NILTON ROGER MAS ROJAS
Adaptación de un relato tomado de:
http://barbienoble.net/index.php/2017/06/14/el-empujo-a-su-esposa-cuando-el-barco-se-hundia-para-salvarse-el-pero-al-ver-cual-fue-la-razon-no-pude-contener-las-lagrimas/ 

Érase una vez una profesora que empezó su clase contándoles a sus estudiantes sobre la historia de un crucero en el que había una pareja que logró llegar a un bote salvavidas. Con tan mala suerte que en el salvavidas sólo había espacio para una sola persona.

En el momento en el que los dos llegaron al bote, el hombre empujó a su esposa para que ella no pudiese montarse, y él se subió al bote.

La mujer se quedó en el crucero que se estaba hundiendo y le gritó fuertemente a su esposo.

A esta altura del relato, la profesora les preguntó a sus estudiantes:

- ¿Qué creen ustedes que le gritaba su esposa?

La mayoría de los estudiantes dijeron:

- ¡Te odio!, ¡Me has engañado! ¡Eres un malo!, etc.

La profesora vio que un niño se había quedado callado y le preguntó lo que opinaba: 

- Yo creo que gritó: “Cuida a nuestro hijo”, respondió el estudiante

- ¿Has escuchado esta historia antes?, le preguntó la profesora

El niño le contestó:

- No, profesora, pero eso fue lo que mi madre le dijo a mi padre antes de que muriera a causa de su enfermedad.

La profesora suspiró suavemente. Y continuó.

- Estas en lo cierto, hijo. El crucero se hundió y la mujer aquella murió ahogada. El hombre llegó a la casa a salvo y crió, con mucha responsabilidad, a la hija de ambos. Varios años después de que el hombre hubiese muerto, la hija de la pareja encontró un diario cuando estaba arreglando las cosas de su padre. Resultó que la madre había sido diagnosticada con una enfermedad terminal días antes de que viajaran en el crucero. En el momento crítico de ambos, el padre tomó su única oportunidad para sobrevivir. Y no lo hizo por él, lo hizo por su hija.

Ese día, el esposo había escrito en su diario: "Amada esposa: aunque hubiese preferido hundirme contigo en el fondo del mar, tuve que pensar en nuestra hija que iba a quedar huérfana. Desafortunadamente tuve que dejarte sola en el fondo del mar, para siempre.

Cuando la profesora había terminado la historia, todos los alumnos se quedaron completamente callados.

La profesora culminó diciendo:

- Esa hija, fui yo.

Hermanos(as):

Hay muchas cosas en la vida que resultan muy difíciles de entender, y a menudo ocurre, porque no sabemos lo que realmente ocurre.

Por eso, antes de juzgar, debemos tratar de entender una decisión.

A los que les gusta pagar la cuenta, tal vez no lo hacen porque quieren mostrar que tienen mucho dinero, tal vez lo hacen porque valoran la amistad más que el dinero.

Los que hacen mucho en el trabajo, no lo hacen porque son estúpidos, tal vez lo hacen porque ven importante ser responsables.

Los que siempre piden perdón antes que el otro, no es necesariamente porque están equivocados, puede ser porque valoran a las personas más y no les molesta pedir perdón.

Los que te ofrecen ayuda no lo hacen porque te deben algo, lo hacen porque te ven como un amigo verdadero.

Los que te llaman a cada momento o te envían mensajes de texto quizá no lo hacen porque no tienen nada más que hacer, lo hacen porque siempre estás en su corazón.

Un día todos nos vamos a tener que separarnos de las personas que queremos. Vamos a añorar nuestras conversaciones de todo y de nada, vamos a añorar los sueños que teníamos. Van a pasar días, meses, años, hasta que tengamos menos y menos contacto…. Un día nuestros hijos van a mirar nuestras fotos y preguntarán “¿quienes son estas personas?”. Y tú vas a sonreír y tal vez llorar un poquito y decir: “Fue con ellos con los que pasé los mejores días de mi vida”.

Yo no sé si la decisión del esposo aquel fue la mejor. No me toca juzga a mí en lo absoluto. De lo que sí estoy seguro es que fue un buen padre que supo cuidar por sí solo a su única hija de ambos.

¡Feliz día del Padre!

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