Autor: NILTON ROGER MAS ROJAS
Fuente: Reflexión de Yudit Morales (Coaching de parejas)
Cierta mujer, harta de su esposo, a quien veía todos sus defectos y ya no le agradaba convivir con él se pasaba la vida pensando en cómo obtener al esposo perfecto.
Un día le llegó la oportunidad. En el periódico vio el anuncio de un lugar donde las mujeres podían reelegir y cambiar de marido. Decidió ir hasta ese lugar, y la encargada le dijo:
- Usted puede visitar el negocio una sola vez. Hay seis pisos y las características del hombre mejoran a medida que se sube. Pero no se puede regresar al piso inferior.
Habiendo entendido las indicaciones, la mujer empezó su recorrido:
En el 1er. piso había un cartel sobre la puerta que decía: "Este hombre tiene trabajo. Pero es fumador". Y, ya que la última parte no les gustó, la mujer decidió subir al 2do. piso. Allí, el letrero decía: “Este hombre tiene trabajo y ama a los niños. Pero es desordenado y se olvida de las fechas". Una vez más, la mujer decidió subir un piso más.
Ya en el 3er. piso, ella leyó: “Este hombre tiene trabajo, ama a los niños y es muy hermoso, pero no es romántico ni le gusta bailar"
La mujer, decidió subir un piso más. Y una vez en el 4to. piso, el letrero decía: "Este hombre tiene trabajo, ama a los niños, es muy hermoso y ayuda en las tareas del hogar, pero es parrandero y llega tarde a casa".
La mujer, dispuesta a encontrar al esposo perfecto, decidió seguir subiendo. En el 5to. piso se leía: "Este hombre tiene trabajo, ama a los niños, es muy hermoso, ayuda en la tareas del hogar, es extremadamente romántico y tiene un auto de lujo, pero nunca va la Iglesia, le gusta el alcohol y no le gusta bailar"
La mujer, un poco entristecida, piensa que pronto encontrará a alguien mejor que su marido, así que decidió subir al último piso, ya que todavía no había encontrado al hombre 100% perfecto.
Ya en el 6º piso, la mujer leyó el cartel: “Usted es la visitante número 9'585,676 en visitar este piso. Acá no hay hombres. Este piso existe solamente para demostrar que no hay un hombre perfecto ni tampoco una mujer perfecta".
La esposa, avergonzada por su actitud, regresó a su casa, ¡había aprendido una lección! Regresó más enamorada de su marido.
Hermanos(as): No existe la perfección humana. Lo que existe es un Dios que nos puede perfeccionar. Esa necesidad que tenemos de idealizar a los demás hace que nos olvidemos de valorar a quienes están a nuestro lado. El esposo perfecto no existe, tampoco la esposa perfecta. Pero dos seres, llenos de defectos, que decidan vivir felices aún en la imperfección de sus naturalezas, podrán hacerlo siempre que luchen juntos y sepan que el matrimonio no es completo si no tenemos a Cristo dentro del hogar.
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