jueves, 2 de febrero de 2017

EL AMOR SUBLIME

Autor: DESCONOCIDO
Adaptación cristiana: NILTON ROGER MAS ROJAS

Al asomar por su puerta, una mujer ve a tres ancianos, de larga barba, sentados al frontis de su casa, y piensa para sí:
-  Deben ser pordioseros y estarán de hambre. Voy a invitarlos a comer.
Va donde ellos a invitarlos a pasar. Uno de los ancianos le preguntó:
-   ¿Está tu marido en casa?
Ella responde que no y el anciano insiste:
-  Si tu marido no está, entonces no podemos entrar. Espera que venga tu marido, lo conversas y luego nos invitas.
Un poco extrañada la mujer esperó la llegada de su marido, quién apareció en compañía de su hija, una adolescente de 15 años. Y apenas ingresaron a casa, la mujer contó lo ocurrido a su marido, y éste le respondió:
-  Ve y diles que yo ya llegué y que si desean pueden entrar a casa a servirse algo.
La mujer fue, y la respuesta de uno de los ancianos la dejó aún más desconcertada:
-  Mire, le dijo uno de los ancianos, no podemos entrar los tres a tu casa. Pues sólo uno de nosotros tendrá que hacerlo. Él (dijo señalando al de su derecha) se llama “riqueza” y aquel (se refería al de su izquierda) se llama “éxito”. Y yo me llamo “amor”.
Y añadió:
-  Ahora que ya nos conoces, entra a tu casa, ponte de acuerdo con tu familia y decidan a quien invitar.
Así lo hizo la mujer. Fue y contó todo a su marido y éste le dijo:
-  Pues no lo pienses mucho, mujer. Tenemos varias necesidades, así que ve e invita a riqueza que venga a nuestra casa.
La hija, que hasta el momento no había hablado nada, pidió la palabra y dijo:
-  Cierto papá, tenemos necesidades, pero yo creo que es mejor invitar al “amor”.
Sin querer entrar en contradicciones el papá aceptó la petición de su hija y ordenó a su mujer que salga e invite al anciano llamado “amor”.
-  Ya está decidido, dijo la mujer, ¿quién de ustedes es amor?
Le indicaron, y luego dijo:
-  Tú serás nuestro huésped el día de hoy. Ponte de pie y vamos para adentro.
Así lo hizo, y el anciano llamado “amor” lentamente se dispuso a entrar en dicha casa. La mujer que iba detrás de él se percató que más atrás también venían decididos a entrar los ancianos llamados “éxito” y “riqueza”. Entonces reclamó:
- Un momento, dijo. Tú me dijiste que sólo iba a entrar uno de ustedes y no los tres, ¿qué hacen estos detrás de nosotros?
Y “El amor” explicó:

-  Si hubieras elegido “riqueza”, él entraba sólo. Si hubieras elegido “éxito”, también. Pero ustedes, sabiamente, me eligieron a mí. Ahora, si ves levantarse y caminar también a ellos, es para darte a entender que donde hay amor, hay también espacio para la riqueza y el éxito, entendidos en sus verdaderas y trascendentales manifestaciones.


Hermanos, las cosas más importantes de la vida se toman en decisión con toda la familia. La Biblia nos recuerda a cada uno que, donde hay riqueza y no amor, nada somos; si hay éxito y no amor, nada somos. Sólo el amor pleno que proviene de Dios, es capaz de ayudarnos a entender el concepto profundo de riqueza y éxito que tanto anhelamos. "Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos".

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