A un
grupo de estudiantes de una escuela primaria se les pidió que escribieran lo
que ellos pensaban cuáles eran las siete maravillas del mundo moderno.
A pesar
de ciertas diferencias, los siguientes, fueron los que más votos recibieron:
1ra. Las pirámides de Egipto.
2da. El Taj Majal.
3ra. El gran cañón de colorado.
4ta. El canal de Panamá.
5ta. La ciudadela de Macchu Picchu, en Perú.
6ta. La Basílica de San Pedro, en el Vaticano.
7ma. La gran muralla china.
Mientras
contaba los votos, la maestra notó que una niña no había terminado de escribir
sus sugerencias. Así que le preguntó si estaba teniendo problemas con su lista,
a lo que la niña contestó:
-
Sí, un
poquito. No puedo terminar de decidirme, pues hay muchas.
La
maestra le dijo:
-
Bueno
pues, léenos lo que tienes hasta ahora. A lo mejor te podemos ayudar.
La joven
lo pensó un instante, pero luego leyó:
-
Yo pienso
que las siete maravillas del mundo son:
1ra. Poder ver.
2da. Poder oír.
3ra. Poder tocar.
4ta. Poder probar.
5ta. Poder sentir.
6ta. Poder reír.
7ma. Poder amar.
El aula
se silenció a al punto que si se hubiera caído un alfiler se hubiera escuchado.
La cosas simples y ordinarias que nosotros tomamos como triviales son
sencillamente maravillosos. Así que, querido, amigo, te hago este recordatorio
muy respetuoso: “Las cosas más preciadas de la vida no se construyen con la mano
ni se pueden comprar con dinero”.
Créditos:
Basado en el vídeo de PRODUCCIONES RTB
Dirección: Luis Mariano Fernandez
Realización: Jesús Terrones
Adaptación: Nilton Roger Mas Rojas
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