Autor: NILTON ROGER MAS ROJAS
Fuente: Salmo 102, 26 - 28
Cuenta una antigua fábula china que en cierto jardín habían rosas que vivían un solo día. Y debido a su corta existencia no notaban que el jardinero envejecía. Pensaban que era eterno, y se transmitían esta creencia de generación en generación.
¿Usted también piensa que las cosas son eternas? ¿Acaso piensa que no morirá? Usted no es eterno, tampoco lo son el sol, las estrellas y el universo mismo. Usted y yo somos peregrinos en esta tierra, pues ni el trabajo, ni los problemas ni siquiera nuestras alegrías son eternas.
Pero sí hay algo de cierto en aquella fábula. Nosotros somos el jardín del único jardinero que, en verdad, sí es eterno. Tal como dice el salmista: "Los cielos y la tierra envejecerán. ¡Solo Tú, Dios mío, permaneces para siempre!".
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