PIERO Y MARTIN

Adaptación: NILTON ROGER MAS ROJAS

Agradecimiento a Pety Cruz (PERU) por facilitarme el original de esta reflexión

Piero y Martín eran dos amigos. Ellos eran inseparables, parecían una sola alma. Por alguna razón sus caminos tomaron dos rumbos distintos y se separaron.

Martín nunca volvió a saber de su amigo Piero hasta que por casualidad, después de 10 años, se encontró por la calle con la mamá de Piero. La saludó y le preguntó por su amigo. En ese momento los ojos de ella, se llenaron de lágrimas y mirándolo con cierta melancolía dijo:

- Murió ayer.

Martín no sabía qué decir, apenas atinó a preguntar cómo había muerto.

Ella le invitó a su casa, y al llegar allí le ofreció entrar en aquella vieja sala donde pasaron gran parte de vida, Piero y Martín, jugando cuando eran mozalbetes.

La madre de Piero, esperó que Martín se sentara y luego comenzó a contarle la triste historia de su hijo:

“Hace 2 años le diagnosticaron una rara enfermedad, y su cura era recibir cada mes una transfusión de sangre durante 3 meses. Pero como recordarás su tipo de sangre era muy raro, igual que la tuya. Estuvimos buscando donadores y al fin encontramos a un señor vagabundo. Tu amigo, como te acordarás, era muy testarudo y no quiso recibir la sangre del vagabundo. Él decía que de la única persona que recibiría sangre sería de ti, pero no quiso que te buscáramos. Todas las noches decía: “No lo busquen, estoy seguro que mañana si vendrá....” Así pasaron los meses, y todas las noches se sentaba en esa misma silla donde estás tú ahora, y rezaba para que te acordaras de él y vinieras a la mañana siguiente.

Así se acabó la vida de mi hijo. Ya en la última noche, estaba muy mal, y sonriendo me dijo: “madre mía, yo sé que pronto mi amigo vendrá, pregúntale por qué tardó tanto y dale esa nota que está en mi cajón”.

La señora se levantó, regresó y entregó a Martin la nota que decía:

Amigo mío, sabía que vendrías, tardaste un poco pero no importa, lo importante es que viniste. Ahora te estoy esperando en otro sitio, espero que tardes en llegar. Mientras tanto quiero decirte que todas las noches rezaré por ti y desde el cielo te estaré cuidando. ¡Ah, por cierto!, ¿te acuerdas por qué nos distanciamos? Pues yo sí lo recuerdo, fue porque no te quise prestar mi pelota nueva, jajaja, ¡qué tiempos aquellos!....¡éramos insoportables! Bueno pues quiero decirte que te la regalo y espero que te guste.

Te quiere mucho: tu amigo por siempre.
Atentamente,
Piero.

Hermano(a):

No dejes que tu orgullo pueda más que tú corazón...La amistad es como el mar, se ve el principio pero no el final.

¿Que harías si la persona a quién más amas muriera mañana y nunca supieron perdonarse los errores ni hubo oportunidad de decirse cuánto se amaron?

Amigos(as), ahora que termine este audio, levántate, llama o ve y busca a ese ser que tanto amas, pídele perdón y recuérdale cuánto lo amas. ¡Quién sabe, si lo dejas para después, podría ser demasiado tarde!