martes, 28 de noviembre de 2017

NO TE PONGAS TRISTES AMADA ESPOSA

Autor: NILTON ROGER MAS ROJAS

Ella se miró al espejo, luego me miró y me preguntó:

- ¿Aún te sigo gustando?

Le respondí:

- Como en el primer día.

Ella se llevó sus manos a la cintura y me preguntó:

- ¿Te has fijado que mi cuerpo ya no es el mismo de cuando nos conocimos?

Le respondí:

- No. No me percaté de ello.

Ella se llevó sus manos a sus senos y me preguntó:

- ¿Te has fijado que mis senos ya están caídos?

Le respondí.

- No. Tampoco me fijé en ello.

Ella se levantó el vestido, se miró las piernas y me preguntó:

- ¿Ya te fijaste que mis piernas ya no son duras y lisas como antes?

Le respondí:

- Otra vez, no.

Entonces ella se me acercó, me miró a los ojos y me preguntó:

- Entonces ¿qué haces a mi lado si ya no me ves ni te das cuenta cuánto ha cambiado mi cuerpo?, dormimos juntos y ¿no te das cuenta que ya no soy la misma de ayer?

Yo la sonreí y le dije:

- Mucho antes de ver tu rostro, miré tu forma de ser; mucho antes de tocar tu cuerpo, sentí tu forma de amar; mucho antes de ver tu senos levantados, mire en tu pecho un corazón lleno de bondad; mucho antes de ver tu figura sensual, sentí que eras el molde perfecto donde sembrar mi semilla; te sentí tierra fértil, te sentí madre, y una dama para hacer mi hogar.

Ella empezó a llorar, y yo agregué:

- Esposa mía, no te pongas triste por cómo tú te ves, ponte alegre por cómo te sigo sintiendo. Yo me enamoré de la sensualidad y bondad de tu alma, no de la vanidad de tu cuerpo.

Esta fue la primera vez que vi a mi esposa, derramar lágrimas de alegría, y con ellas dibujé un corazón en su mismo rostro. Eso provocó una nueva brillantez y lozanía en ella que a cambio me dio un apasionado beso, que aún siento en mis tersos labios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario