Autor: NILTON ROGER MAS ROJAS
¿Sabe usted lo que significa la palabra "bendecir"? Pues "bendecir", es "decir ven". Osea, es "decir lo que deseo que ocurra".
En contraste con este término, "maldecir", es "decir mal". Por lo tanto desee siempre algo bueno. Tenga cuidado con sus palabras. Si usted le da un vaso con agua a su hijo y le dice: "No lo tires", lo primero que hace el niño es tirar el agua. Si usted le dice a su hijo: "No metas el dedo ahí porque te vas a electrocutar", lo primero que hace el niño es meter el dedo.
Y sabe por qué lo hace? Porque usted lo dijo, porque esa fue su bendición y su deseo. Es como la esposa que está muy acaramelada con el esposo, y de pronto le dice: "Amor, no me vayas a dejar por otra". Y el marido abre los ojos: "¿Otro? ¡Otra! Podría ser, no lo había pensado".
Hermano(a):
No maldiga su vida, bendiga su matrimonio. Dígale a su esposo: "Amor, quédate conmigo para siempre"; y el marido abrirá los ojos y dirá: "¿Para siempre...? De acuerdo".
No diga: "ustedes no creen en Dios". Mejor diga: "Vengo a decirles que Dios confía en ustedes. Dios les ama, porque es misericordioso".
Usted no le diga a su hijo: "Estudia más porque si no te vas a convertir en un drogadicto". Si así lo dice, de seguro que su hijo va a volverse un drogadicto.
Usted no le diga a su hija: "No salgas a la calle porque embarazada vas a aparecer". Pues, dicho y hecho, embarazada aparecerá.
Es decir, tome conciencia que hay poder en sus palabras. Un cristiano tiene poder en sus palabras. Utilícelos para bendecir su vida y no para maldecir.
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