Autor: DESCONOCIDO
Adaptación: NILTON ROGER MAS ROJAS
Agradecimiento a: DORIS QUIJANO (Colombia)
por compartirnos esta reflexión.
Uno de ellos levantó la mano y respondió:
- Dios es nuestro Padre, Él hizo la tierra, el mar y todo lo que está en ella. Nos hizo hijos de Él.
La profesora, buscando más respuestas, fue más lejos:
- ¿Cómo saben que Dios existe, si nunca lo vieron?
Esta vez, todo el salón quedó en silencio un buen rato. Luego, Pedro, un niñito muy tímido, levantó sus manos y dijo:
- Mi mamá dice que Dios es como el azúcar en mi leche que me hace todas las mañanas. Yo no veo el azúcar que está dentro de la taza mezclada con la leche, pero si no lo tuviera no tendría sabor. Dios existe, y aunque no lo veamos, Él siempre está en medio de nosotros. Si no fuera así, nuestra vida quedaría sin sabor.
La profesora quedóse en silencio por un momento, luego sonrió y dijo:
- Muy bien Pedrito, yo les enseño muchas cosas a ustedes, pero hoy tú me enseñaste algo más profundo y que yo no lo sabía: ¡Dios es nuestro azúcar y está todos los días endulzando nuestra vida!
La maestra le dio un beso en la frente al niño y salió sorprendida por aquella respuesta.
La sabiduría no está en el conocimiento, sino en la vivencia de Dios en nuestras vidas. Teorías existen muchas, pero dulzura como la de Dios, ni siquiera el mismo azúcar.
No olvides colocar azúcar en tu vida. Una, dos, tres cucharadas, las que necesites. De éste azúcar no hay límites. No engorda tu cuerpo ni daña tu organismo, pero alimenta nuestra alma y Espíritu, y te endulza el momento más amargo de tu vida.
Mi deseo es que siempre lo tengas a tu alcance y que nunca te falte ese buen azúcar que es Dios.
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