lunes, 15 de julio de 2019

GENTE RARA

Por: Nilton Roger Mas Rojas

Aunque no conozco profesión alguna para ello, pero hay mucha gente que parece haber llevado cursos para ver todo lo malo de la vida. Son expertos en sacar, incluso de las cosas buenas, algo malo. Si usted le dice que tienes cien soluciones para algo, ellos te inventarán otro tanto de problemas, e incluso más. Es impresionante la capacidad que tienen para crear cosas malas de la nada.

Yo entiendo, que la vida no es perfecta, sin embargo, no podemos hacer de todos los momentos, un momento trágico, porque así la vida pierde sabor y no tendrá ningún sentido.

No te invito tampoco a mirar como si todo estuviera bien, porque ese es otro extremo que también daña, porque es una ilusión. Mi invitación es a tomar la vida tal cual es. Te invito a revisar la forma como hablas a los demás, a ver si hay envidia en tu corazón, si deseas el mal a los demás, si dices frases negativas, etc.

Te invito a analizar el tipo de personas que te rodean: personas que solo te critican o que solo te hablan de forma negativa.

No te pido que los rechaces, pero sí que te mantengas sabiamente alejado de ellos.

Hay gente que para todo tiene siempre un aporte negativo. Así no se puede vivir. Hay que tener la capacidad de ver en la vida sus diferentes matices, sus colores, no solamente un blanco y un negro. La vida está llena de cosas muy buenas, de personas que nos aman y comparten con nosotros la vida, de oportunidades grandiosas que nos llevan a crecer, pero también es verdad que está llena de momentos amargos, en los que hay que tomar el control de la vida y a los que hay que enfrentar con valentía, sin tambalear tanto.

¡Vamos hermano, sí se puede!

viernes, 5 de julio de 2019

LA METÁFORA DEL RATÓN

Por: Nilton Roger Mas Rojas
Agradecimiento especial a la hna. María Lelis Muñoz Guevara
del Movimiento Juan XXIII por compartir esta historia.

Esta es la historia de un ratón que vivía muy atemorizado por el continuo acecho de unos gatos.

Un día resolvió pedir en sus oraciones para que Dios se apiade de él, y el Buen Dios le concedió transformarse en un fuerte y robusto gato.

Pasado algún tiempo, Dios envió a un ángel a averiguar sobre aquel 'ratigato', y para sorpresa suya lo encontró nuevamente arrinconado y temeroso. Esta vez a causa de los ladridos de unos rabiosos perros. Le pidió al ángel que interceda para solucionar su problema, y el 'Tayta Dios' le convirtió en un perro. Pasó el tiempo, y la historia era la misma. Esta vez el perro estaba sumiso y acobardado a causa del acecho de unos leones, por lo que 'Tayta Dios' le convirtió en un león.


Pero nada de eso era la solución, cuando el ángel fue en su búsqueda, lo encontró agazapado entre unas cavernas, temeroso de salir a consecuencia de los hombres cazadores que lo perseguían para matarlo.

La historia se detiene aquí porque el mismo Dios bajó a ver lo que estaba ocurriendo, y contrariamente a lo que usted pensó, 'Tayta Dios' no lo convirtió en un hombre. Mas bien le dijo:


''Cansado estoy de tus quejas. Fuiste ratón y te transformé en un gato, fuiste gato y te transformé en un perro, fuiste perro y te transformé en un león. ¿Y ahora sigues quejándote? Si no has aprendido a vivir feliz con lo poco que tienes, no podrás serlo aún cuando te transforme en un hombre. Nunca viste tus potencialidades ni valorarse tus talentos. Aprendiste a maullar, a ladrar y a rugir, pero tu corazón siguió siendo la de un ratón. ¡Nunca pudiste superar tus debilidades! Así que volverás a ser un ratón como lo fuiste siempre''.


Querido hermano:

La Biblia dice que "Dios es misericordioso", pero también es justo. Nos brinda una y otra oportunidad, pero no sabemos valorarlo. Quizás usted le pidió un ascenso en el trabajo, y Dios se lo concedió, pero nunca estuvo usted a la altura de ese cargo ni supo ponerlo al servicio de los demás. O usted le pidió una casa, una familia, unos hijos, pero nunca se sintió satisfecho con nada. Si vas a a estar quejándote por todo, nunca tendrás la oportunidad de ser feliz: "Si eres piedra, sé la mejor piedra. Si eres hierba, sé la mejor hierba"

viernes, 31 de mayo de 2019

¿DE QUÉ TE ENVANECES?

Por: Nilton Roger Mas Rojas 

En cierta ocasión, Jesús tomó  consigo a Pedro, Santiago y Juan, y los llevó a lo alto de una montaña. Allí se transfiguró delante de ellos: su rostro se puso brillante como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz... Ellos, que nunca habían visto algo parecido, estaban gratamente sorprendidos, y se sentían muy bien, pues ya no querían volver, hasta pretendieron construir aposentos para quedarse allí. Sin embargo, Jesús los vuelve a la realidad, y les invita a bajar a la planicie. Es más, hasta les prohibió divulgar lo acontecido. [Cfr. Mt 17,1-9]

Hermano(a):

¿En qué lugar te encuentras ahora? Mírate, y date cuenta del cargo y la responsabilidad que tienes. ¡¿Cómo llegaste hasta ahí?!

Mira hermano, aunque hoy tu no lo comprendas, no estás ahí por tus propios méritos. Es el Señor quien te ha tomado de la mano y te ha ayudado a subir a ese puesto. Quizás eres un gerente, presidente, asesor, administrador, político, director o líder de alguna entidad o asociación. Ese es el lugar de tu transfiguración. Esa es tu montaña. Y ahí estás tan cómodo que, estoy seguro, ya no quieres volver a lo de antes.

Pero déjame decirte, que ese puesto no es eterno. En cualquier momento, Jesús,  te hará volver a la realidad y te invitará a bajar de allí. Por eso, dejando de envanecerte y pregonar a los cuatro vientos lo que eres o lo que posees, prepárate para que no sea muy duro el retorno. Recuerda que, todos los  líderes llegaron a serlo, porque habiendo ascendido no se quedaron arriba, en su montaña, en su transfiguración. Ellos se transfiguraron, pero  comprendieron que es abajo, en la planicie, en la intemperie, en la desazón, en la necesidad, donde más los necesitan. Ellos no ordenan desde arriba, ni maltratan a los de abajo, sino que ellos mismos descienden, porque saben que hay otros 'pedros', otros 'santiaguitos' y otros 'juancitos', que necesitan ayuda para poder  transfigurarse.

Es mi deseo que Dios te acompañe en este caminar.

¡Vamos hermano! ... que sí se puede!